La dietalamida del ácido lisérgico es un químico muy potente, por lo que se usa en pequeñas dosis. En forma pura, es un polvo blanco soluble en agua, usualmente se comercializa en forma de estampilla que se lamen. El LSD es un alucinógeno. El pensamiento y los sentidos se potencian a tal punto que la realidad y la fantasía pueden llegar a confundirse, por eso se dice que el consumidor emprende un viaje. Dosis altas provocan estados de trance. Hay taquicardias y aumento de la presión arterial. Los efectos de la droga duran entre 10 y 16 horas, por esto si el viaje es malo provoca alucinaciones y un intenso miedo que pueden llevar al suicidio producto de la angustia. El LSD aumenta la información que llega al cerebro, inhibe el apetito y el sueño. El cuerpo se demora 48 horas en deshacerse del ácido.


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